NOTICIACRISTIANA.COM. – El testimonio del pastor Steven Cox, líder de la Iglesia Bautista de la Paz, iglesia ubicada en el estado de Carolina del Norte, Estados Unidos, es una verdadera lección de superación, fe en Dios y perdón.
Abandonado por sus padres cuando era niño, Cox superó numerosas dificultades, incluido un arresto por posesión de drogas, hasta que logró entregar su vida a Cristo y tener un reencuentro con sus padres.
“Ahora puedo decir con confianza que mis padres me quieren y se preocupan mucho por mí y tengo una relación creciente y próspera con ellos. Los tres continuamos aprendiendo aún más el uno del otro”, dijo.
Pero en el pasado, el pastor no tenía relación con sus padres. La pareja lo tuvo cuando tenía poco más de 20 años y luego se separó, compartiendo la custodia de Cox y su hermana. Sin embargo, cuando aún tenía unos 2 años, se fue a vivir con una tía adoptiva.
La casa de su tía adoptiva era terrible, había violencia y crimen. Cox incluso le vendió drogas y le robó. “Miraba todo esto y me preguntaba por qué mi vida es así”, recuerda el pastor, según Baptist Press.
Del odio al perdón
El pastor explicó que su estilo de vida y el distanciamiento de sus padres, quienes solo los veían de vez en cuando, comenzaron a producir un sentimiento de amargura en su vida.
“Tuve amigos con ambos padres en sus vidas, así que alrededor de los 6 a los 13 años, comencé a desarrollar un profundo odio y amargura hacia mis padres. Este odio siguió creciendo. No quería estar cerca de ellos», dijo el pastor.
Afortunadamente, cuando era adolescente, el niño se fue a vivir con sus abuelos, que eran fieles cristianos. Fue de ellos de quienes oyó hablar por primera vez de Jesucristo. Después de muchas invitaciones a la iglesia, Cox decidió acompañarlos.
“No podía decir lo que dijo el predicador, pero supe cuando entré en esa iglesia que necesitaba ser salvo. Después del servicio, me acerqué al altar en esa pequeña iglesia de Carolina del Norte y un amigo mío me llevó al Señor”, dijo.
Desde entonces, la vida de Cox ha cambiado radicalmente. Estudió, se convirtió en pastor evangélico y hoy pastorea una iglesia ubicada en la misma comunidad donde un día fue arrestado. Fue en esa misma denominación que discipuló a sus padres, los perdonó y los bautizó.
“Estoy aprendiendo que mi padre es en realidad una persona cariñosa y afectuosa. Me está invitando a su mundo y yo lo estoy invitando a él a mi mundo. Cuando salgo con él, lo veo como un proceso de discipulado”, explicó el pastor.
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