República Dominicana volvió a dejar clara su postura ante la situación de Haití, esta vez a través de una determinada exposición del ministro de Exteriores, Roberto Álvarez.
Tres puntos bien explicados: La necesidad de prohibir urgentemente el tráfico ilícito de armas y municiones a todo el que participe o apoye las acciones de las bandas y en abusos a los derechos humanos de la población.
En segundo lugar, la congelación de activos y la prohibición de viajar a todos los involucrados en el estado de violencia y terror que impera en su territorio. Y en tercer lugar, el apoyo que la Policía Nacional de Haití necesita para recuperar el control de las calles. No puede quedarse fuera del discurso de República Dominicana ante la comunidad internacional la urgencia de que las fuerzas políticas y sociales haitianas lleguen a acuerdos para organizar unas elecciones legislativas y presidenciales con el apoyo y la participación del pueblo haitiano. Objetivos difíciles pero necesarios, contando siempre, como República Dominicana no deja de repetir, con la participación responsable de la comunidad internacional.
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